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El 70% de las personas mayores de 65 años tiene presión arterial elevada, según la OMS

Cuanto más alta sea la tensión, mayor es la probabilidad de dañar el corazón y los vasos sanguíneos de órganos importantes como el cerebro o los riñones. Las complicaciones derivadas de esta patología causan 9,4 millones de muertes al año

R. Otero 12-06-2018

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El 17 de mayo fue el Día Mundial de la Hipertensión, una enfermedad que afecta a mil millones de personas en el mundo, según el informe ‘Información general sobre la hipertensión en el mundo’ (2013) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El documento, que califica el trastorno como “una crisis de salud pública mundial”, alerta que las complicaciones derivadas de la presión arterial alta causan 9,4 millones de muertes al año

La OMS define la hipertensión (HTA) como un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, pudiendo dañarlos. La presión arterial (PA) es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos (arterias) cuando el corazón late. Si la tensión es elevada, el corazón tiene que hacer un mayor esfuerzo para bombear la sangre. 

Cuanto más alta sea, mayor es la probabilidad de dañar el corazón y los vasos sanguíneos de órganos importantes, como el cerebro o los riñones. “La hipertensión está muy relacionada con enfermedades cardiovasculares: el infarto, el ictus, etcétera”, afirma Petra Sanz, miembro de Consejo General de la Fundación Española del Corazón (FEC). “Es un factor de riesgo muy frecuente que, al no tener síntomas, mucha gente no le hace el suficiente caso”, añade. Cuando hablamos de PA se indican dos valores: tensión sistólica, cuando el corazón late, que en adultos es de 120 mm Hg; y diastólica, cuando el corazón se relaja, que es de 80 mm Hg. Se diagnostica HTA cuando dichos valores alcanzan o superan 140–90. Sin embargo, en noviembre de 2017, la Asociación Cardiológica de EE UU bajó los parámetros a 130–80. “Es un poco restrictiva y se va a diagnosticar de hipertensión a mucha más gente”, explica Sanz. 

Por su parte, Enrique Martín Rioboó, médico especialista en Medicina Familiar, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de HTA (SEH–LELHA) y de los grupos de trabajo en HTA de semFYC, y profesor asociado de la Universidad de Córdoba (UCO), comenta que “algunas organizaciones ya se han posicionado. Confiamos que este año las nuevas guías europeas corroboren esta decisión”.

¿SE PUEDE EVITAR LA HTA?
“El HTA, en el 90% de los casos, no tiene una única causa”, apunta Martín Rioboó. “Se trata de una patología multifactorial en la que intervendrían factores tanto genéticos, como ambientales, predominado en pacientes con múltiples factores de riesgo cardiovascular (obesidad, dislipemia, sedentarismo, tabaquismo, diabetes mellitus tipo 2, etcétera)”, añade. 

A pesar de que contra los genes no se puede luchar, existen factores de riesgo evitables. “Está relacionado con la edad. Es mucho más frecuente a partir de los 50 años, con la vida sedentaria, y con la dieta rica en sal”, apunta Sanz, que insiste en la importancia de comer con poca sal desde la infancia y realizar ejercicio físico regular a lo largo de toda la vida.

Por otra parte, ambos especialistas rechazan los suplementos alimenticios que prometen mejorar o prevenir la hipertensión, como el afamado colágeno con magnesio, ya que no existen evidencias científicas.

“No hay que olvidar que la HTA no se ‘cura’ sino que se mantiene controlada con los tratamientos instaurados, por lo que no se puede suspender dichos tratamientos si la PA se mantienen en rango de normalidad”, explica el experto. 

CÓMO LA HIPERTENSIÓN AFECTA A LOS MAYORES
Según la OMS, el 70% de las personas mayores de 65 años es hipertensa. Además, con la edad aumenta la PA sistólica. “En pacientes mayores es muy frecuente lo que conocemos como HTA sistólica aislada, y el incremento en la presión del pulso (que sería la diferencia de presión entre sistólica y diastólica). Ambas deben ser conocidas y tratadas convenientemente para disminuir el riesgo cardiovascular en el paciente”,  aclara Martín Rioboó.

En pacientes muy mayores, a partir de los 75–80 años podríamos ser un poco más ‘laxos’ en el control de la hipertensión. Digamos que se podrían aceptar valores como 140–145 o incluso hasta 150. Pero solo en personas mayores, la pauta general es 130–80” comenta Sanz. “En personas de muy avanzada edad, tener hipotensión se tolera muy mal”, matiza.

En cuanto al tratamiento de la HTA en pacientes de avanzada edad, el especialista comenta que los diuréticos son los principales fármacos utilizados “aunque, actualmente, no todas las guías coinciden en considerarlos fármacos de elección en pacientes mayores”. No obstante, Martín Rioboó defiende que “son bien tolerados, con pocos efectos secundarios, de precio asequible, y con algún efecto positivo añadido en mayores, como sería la posibilidad de retener calcio a nivel renal y, por tanto, de forma indirecta, ser útil en la osteoporosis”. También aconseja otros como calcioantagonistas y IECA–ARA2. “Serían fármacos que, bien de forma aislada o en combinación, deben implementarse para el tratamiento de la HTA en personas mayores”, concluye.

AUTOCONTROL DE LA TENSIÓN EN EL DOMICILIO
La HTA también se conoce como ‘asesino silencioso’, ya que no produce ningún síntoma en la mayoría de los casos y podemos padecerla sin darnos cuenta. Por ello, es importante llevar un control de la PA.

“Lo que recomendamos los médicos, y que está en las guías, es que el paciente se haga responsable del control de su presión arterial y que tenga un aparato en su domicilio para hacer una revisión frecuente según se lo indique su médico o enfermero”, destaca la médica de la SEC. De este modo, se hace corresponsable de su salud y el control de su trastorno “vigila las cifras, las va notando y sabe cómo está para luego compartir esta información su médico”, añade.

Sanz indica que “lo ideal es que tenga un aparato de tensión en casa, que tome la tensión en el brazo, no en la muñeca, ya que estos últimos son menos fiables”. Se debe realizar en reposo y “se puede tomar tres veces, con una espera de cinco minutos entre cada un. El valor que se debe coger es el último”, puntualiza. 

En pacientes hipertensos, si la situación está controlada con valores no superiores a 130–80, la doctora Sanz recomienda tomar la tensión en casa una vez al mes para evitar ir al centro de salud, pero siempre informando a su médico. “Evidentemente, se le informa dónde estaría el límite del control y, si en varias tomas la tensión empieza a estar peor controlada, deberá consultarlo con su médico o enfermero. Tanto si está muy elevada como muy baja”, aconseja. Si, por su contra, el paciente no tiene buenos controles, “hay que tomarla más frecuentemente, cada 15 días o una vez a la semana. Pero depende mucho de lo que el médico aconseje”, explica.

LOS TENSIÓMETROS DEBEN ESTAR VALIDADOS ADEMÁS DE HOMOLOGADOS
Para evitar acudir al centro de salud o la farmacia, es aconsejable tener un tensiómetro en el domicilio, especialmente en aquellos pacientes con hipertensión diagnosticada o con antecedentes familiares que presenten esta patología.

Estos dispositivos son muy útiles para llevar un control preciso de la PA, ya que el paciente podrá medir sus niveles de tensión en situaciones similares de toma en toma (mismo momento del día, en reposo, etcétera). 
En el mercado se ofertan diversos tensiómetros, sin embargo, no todos son recomendables y aptos. Martín Rioboó insiste en que el usuario debe cerciorarse de que estos aparatos, además de estar calibrados y homologados, estén también validados

Los dispositivos que superan las pruebas de validación de organismos competentes como la Sociedad Británica de Hipertensión (BHS), la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) o la Asociación para el Avance de Instrumental Médico (AAMI) y demuestran su precisión a la hora de medir la presión arterial, son los únicos que recomiendan desde la SEC.

Los tensiómetros de muñeca están desaconsejados porque la muestra que recogen es menos fiable. Los más indicados son los de manguito en el brazo. La fuente más importante de error con los dispositivos de muñeca es la posición del brazo respecto al corazón. Los de brazo sí suelen medir la presión arterial a la misma altura que el corazón.

A pesar de que existen algunos modelos de tensiómetro de muñeca que han superado los protocolos pertinentes de validación, la SEC opina que son considerablemente inferiores a los dispositivos de brazo.

LAS APLICACIONES MÓVILES
Las nuevas tecnologías pueden ser herramientas útiles para el control de nuestra salud.  Además, es una buena forma de que el paciente se involucre con su salud y se motive a adoptar hábitos saludables. Estos dispositivos nunca sustituirán las recomendaciones de su médico.

‘AlerTHA’, que tiene la aprobación de la SEH–-LELHA, es una aplicación que permite llevar un registro a modo de diario. Por su parte, ‘El círculo de la salud’ facilita información y motivación para que los usuarios adopten un estilo de vida saludable en general, lo que podría prevenir la HTA.





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